martes, 21 de abril de 2009

Historias Bizarras (I)

"Erik, que es uno de nuestros protagonistas y su pareja, su chico, Andrew, más familiarmente conocido como “Kiki” han sido ingresados para un tratamiento de emergencia, después de que una noche amorosa les fuera francamente mal.

Estas son las declaraciones de Erik, uno de ellos: Introdujimos un tubo de cartón por su recto, y deslicé dentro a Raggot, nuestro hámster. Como siempre, Kiki gritó “¡ARMAGEDÓN!” en señal de que era suficiente. Intenté recuperar a Raggot, el hamster, pero no podía salir, así que me asomé al tubo, y encendí una cerilla, pensando que la luz le atraería”.

Lo que ocurre después lo cuentan los doctores de la Unidad de Quemados Graves del Hospital de Salt Lake City en una encubierta rueda de prensa:

La cerilla encendió una bolsa de gases intestinales y el lubricante que habian usado dio una llamarada salió por el tubo, produciendo graves quemaduras en la cara del Sr. Erik. También se incendió el pelaje del hámster, lo cual provocó que se prendiera otra bolsa de gas, mayor y más interna, propulsando al roedor hacia fuera como una bala de cañón.

Erik, el que había introducido al hamster y que se había asomado al tubito sufrió quemaduras de segundo grado y rotura del tabique nasal, a consecuencia del impacto del hámster, mientras que su chico sufrió quemaduras de primer y segundo grado en el ano y en el tracto intestinal inferior.

Increíblemente el ratón sobrevivió, pero al salir corriendo despavorido, ya que seguía en llamas después de lo ocurrido, prendió fuego a dos cortinas, una cama y un sofá.

Erik y su chico “Kiki” estaban tan heridos que no reaccionaron a tiempo para salvar su casa del tremendo incendio que rápidamente se extendió."


Esta historia está sacada de Internet. Como es lo suficientemente bizarra (y ya que se ha tocado el tema de Mr. Hands), la añado para que todo el mundo se descojone con ella.

¡Besos bizarros!

2 comentarios:

davidlo dijo...

De ahi viene lo de "muerte por Kiki".

Burgomaestre dijo...

Hay una cosa en esta historia que me sorprende: ¡usan ARMAGEDÓN como palabra clave!

Por lo demás, muy cotidiana.