miércoles, 27 de mayo de 2009

Desgranando el humor IX: el humor a costa de terceros

Quizá una de las cosas que más risa nos puede provocar a los seres humanos, debido a nuestra maldad desmedida, es la humillación ajena. Que a alguien le suceda un hecho esperpéntico, estúpido, vergonzoso o ridículo, hace que nos riamos, pero si encima somos testigos de la situación, nos partiremos de risa.

Muchos cómicos, desde la situación de poder y control de la escena, aprovechan este hecho para destacar o incluso sacar al escenario a un individuo y hacer parodia, burla o sátira sobre él, dejándolo generalmente en evidencia, con el subsiguiente regocijo de todos los asistentes excepto del receptor del chiste, que se limita a reir entre dientes y a disimular su malestar por la broma, lo que viene a llamarse aguantar el chaparrón. Esta técnica, llamada humor a costa de terceros, es ampliamente usada por presentadores de televisión, monologuistas y magos.

Históricamente el mayor representante de esta vertiente humorística es el bien conocido Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición, que durante siglos dominó los escenarios a lo largo y ancho de España. Prueba de este éxito es la gran afluencia de público que tenían en cada una de sus muchas actuaciones por las principales ciudades de nuestro país. Las crónicas cuentan que las improvisaciones del verdugo eran para partirse.

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