domingo, 25 de enero de 2009

¿Existe el dopping en el ajedrez?

La respuesta es sí, señores. Aunque no hay pruebas científicas de que mejore el rendimiento en este deporte, la Federación Internacional de Ajedrez tiene una lista de prácticas prohibidas para estos delgaditos cerebritos entre las que se incluyen los narcóticos, los diuréticos, el EPO y otras sustancias hormonales. Últimamente se habla mucho de los Betabloqueantes, sustancia que permite una mayor concentración y una más profunda relajación.

El escándalo saltó el año pasado cuando el jugador Ivanchuk se negó a realizarse la prueba antidopaje en la última olimpiada de ajedrez en Dresde.

"Largáos o arremeto con mi hercúleo brazo sobre vuestras quijadas. ¿Acaso mi torneado bíceps y mi trapecio digno de Deferr me hace sospechoso de la ingesta de sustancias dopantes?" manifestó el ajedrecista a los médicos al pedirle la rutinaria muestra de orina.

Su rival en esa partida, Kamsky, fue el primero en alertar a las autoridades: "Empecé a sospechar de que había ingerido algun fármaco cuando comenzó la partida con un gambito Evans(hay que estar loco), pero lo tuve más claro cuando, mirando al reloj, dijo: "ese alfil me está sonriendo, creo que le gusto". Ya el remate fue cuando, al pronunciar mi primer jaque, me dijo: "¿No son preciosos los jaques? tan bellos,... y tan suaaaavesss" Ahí decidí, tras apuntar su último movimiento, informar a la organización."

En la investigación, en la que posteriormente no recibiría sanción declaró en su defensa: "No tomé nada ilegal, pero he de decir que ningún ser humano es capaz de realizar etapas de 300 kilómetros diarios durante un mes alimentándose sólo de macarrones, ensalada y gatorade. Dicho queda.".

jueves, 22 de enero de 2009

¡Nuevo look en nuestro blog!

Como ya es sabido, es durante exámenes cuando se dispara la creatividad artística (el llamado Student Peak).

Pues bien, los Pezones no íbamos a ser menos, y entre formulario y formulario, hemos sacado hueco para cambiar la fachada de ésta nuestra casa de la Bizarría y estrenar imagen.

Un publicista o diseñador gráfico, para vender su producto y justificar sus numerosísimos ingresos diría, muy repelentemente, que: el logo representa un bocadillo, icono del diálogo (arma principal en nuestros sketches), articulado con engranajes de metal, que aparte de tener un estrecho vínculo con la ingeniería, suelen ser de acero y de forma similar a la areola del seno de la mujer, siendo pues una sutil representación del vulgar nombre de este grupo de parodia. Aparte, los colores blanco y negro son los del uniforme de dicho grupo.

Esperamos que os guste el nuevo diseño de la página.

domingo, 18 de enero de 2009

El examen ideal

Me despierto a las 9, con tiempo más que suficiente para llegar al examen, que empieza a las 10:30, tras haber dormido tan sólo 10 horas (una hora menos que en el último mes. Espero que mi cutis no se resienta y me salgan esas dichosas ojeras que tanto odio).

Voy a la parada de autobús, donde no me da ni tiempo para sentarme pues el mismo llega a los dos minutos. Al subir, el conductor, Emilio, me da los buenos días, con su eterna sonrisa dibujada en los labios:

- Buenos días. Hoy hace una mañana estupenda, ¿verdad?. Qué, ¿al examen?
- Exacto
- respondo, y titubeo al darme cuenta de que no tengo bonobús y tan sólo llevo un billete de 20 euros- oh, vaya, perdona Emilio, pero tendré que bajarme, pues no tengo suelto para el trayecto
- Anda anda, ¿a donde vas? Sube, que te doy cambio sin problema.


Aliviado, me siento en cualquier sitio (todo el mundo sabe lo vacíos que van los autobuses a primera hora de la mañana) y disfruto del breve trayecto hasta la escuela.

Llego por fin a la Escuela y nada más entrar a cafetería, la camarera me dice:
- Aquí tienes tu tostada y tu café, con dos cucharadas de azúcar, como a tí te gusta- y me da un beso en la frente.

Mientras desayuno, leo gustosamente las novedades que muestran en Telefreire y apunto en mi agenda las más interesantes: "Mesa Redonda sobre el impacto medioambiental de la introducción del pinsapo común en áreas metropolitanas", "Veinticinco Aniversario de AICIA, regalos para todos" y curso de fabricación casera de guitarra para Guitar Zero. ¡Qué gran inversión ésta la de las pantallas!

Voy al examen. El profesor, que llega puntual, comienza a repartir los folios de examen acompañados de un bombón de praliné y una tarjeta en la que dice: "Espero que tengas suerte". Mientras tanto, el otro profesor de la asignatura, enciende unas velas aromáticas y pincha en megafonía el último disco de Yann Tiersen.

Entonces, comienza el examen. Consta de 20 preguntas tipo test a contestar en hora y media y una pregunta de desarrollo: "Haga una valoración de la asignatura y comente los contenidos más interesantes de la misma.". En el tipo test, cada pregunta correcta vale 0'5 puntos; las no contestadas no restan, y las erróneas suman tan sólo 0'3. "Lo importante es que te has esforzado y lo has intentado" como dice el catedrático del departamento de Señales.

Tras esto, vuelvo a casa y al encender el portátil comento con los compañeros en la Comuna lo deliciosos que están los postres y dulces de los profesores titulares de la ESI y que ojalá en el próximo nos hagan torrijas.
Nada más escribir el post, alguien abre un hilo: "Ya están las notas, enhorabuena a todos."
Y feliz y contento, me echo una siesta y pienso en el fin de semana de senderismo en Cazalla que pasaré con mis amigos. Puedo darme un descanso, ¡ya que el próximo examen es dentro de 5 días!

viernes, 9 de enero de 2009

Ganado bobino



Sí, lo he hecho con el paint.

martes, 6 de enero de 2009

Una noche en Casablanca

Muchas veces en el mundo, en general, y en la comedia, en particular, hay imitaciones y acusaciones de plagio. Si bien en la mayoría de los casos esto es cierto, en otros se debe a que de la infinidad de posibilidades que hay para elegir tú quieres usar una en concreto porque crees que funcionará.

Cinco años después del estreno de Casablanca, los hermanos Marx hicieron Una noche en Casablanca. Desde los estudios de la “Warner Brothers” llegó una carta que amenazaba con iniciar un proceso judicial alegando que el título se parecía demasiado. Groucho respondió de la siguiente manera (carta casi íntegra sacada de Groucho y yo)


“Queridos hermanos Warner:

Parece ser que hay más de una forma de conquistar una ciudad y tomarla como parte de tus propiedades. Por ejemplo, cuando empezamos a hacer esta película, no teníamos ni idea de que Casablanca perteneciera a los hermanos Warner. Sin embargo, pasaron sólo unos pocos días desde que anunciamos que íbamos a hacer la película hasta que nos llegó una larga, complicada y amenazante carta legal, que nos avisaba de que no debíamos usar el nombre Casablanca.

Parece ser que en 1471, Fernando Balboa Warner, vuestro tatarabuelo, mientras buscaba un atajo a la ciudad de Burbank, llegó hasta las costas de Africa y blandiendo bastón de alpinista (que más tarde trocó por 100 acciones de la compañía) le había dado al lugar el nombre de Casablanca.

Simplemente, no puedo entender vuestra actitud, porque aunque repusierais vuestra película, creo que el espectador medio podrá distinguir entre Ingrid Bergman y Harpo. No tengo claro si yo podría hacerlo también, pero estoy dispuesto a intentarlo con todas mis fuerzas.

Decís que el nombre de Casablanca es vuestro y que nadie más lo puede usar sin vuestro permiso, ¿qué pasa con "Hermanos Warner"? ¿También lo tenéis en exclusiva? Es posible que podáis usar el nombre Warner. Pero, profesionalmente, nosotros éramos hermanos mucho antes que vosotros. […] Incluso antes que nosotros, ha habido otros hermanos: los hermanos Smith, los hermanos Karamazov y el “hermano, ¿puedes darme una perra gorda?”

Y ahora Jack Warner, pasemos a tu caso concreto ¿Sostienes que el tuyo es un nombre original? Bueno, pues no lo es. Se usaba incluso antes de que nacieras. Así, de repente, se me ocurren un par de Jacks: Jack matagigantes, el del cuento de las habichuelas mágicas, y Jack el destripador, que ya en sus tiempos no se cortaba ni un pelo.

En cuanto a ti, Harry, seguramente firmes tus cheques pensando que eres el primer Harry y que todos los demás son unos impostores. Sin pensármelo mucho, se me ocurren dos Harrys que te precedieron: Lighthorse Harry, que tuvo una fama revolucionaria, y Harry Appelbaum, que vivió en la 93, esquina Lexington. Por desdicha Appelbaum no era demasiado famoso. Las últimas noticias que tuve de él es que estaba vendiendo corbatas en los almacenes Weber.

[…]

Quiero a los hermanos Warner. De hecho algunos de mis mejores amigos son hermanos Warner. […] Intuyo que todo es un error del horrible y triste departamento legal de la empresa, controlado por alguno de esos tipos con problemas escolares, un trepa necesitado de fama y admiración, y demasiado ambicioso para respetar las leyes naturales de la promoción. […]

En fin, no se saldrá con la suya. ¡Lucharemos hasta el final!, ¡apelaremos hasta el Tribunal Supremo! Ningún aventurero jurídico va a sembrar discordia entre los Warner y los Marx. Porque todos somos hermanos y seguiremos siendo amigos después de que la última bobina de Una noche en Casablanca termine de enroscarse.

Sinceramente,

Groucho Marx”



Después de esta carta, le pidieron desde la Warner a Groucho que les escribiera sobre el argumento. Les respondió en dos ocasiones de manera tan absurda que al final la película se llamó Una noche en Casablanca.